martes, 19 de junio de 2012

El cambio es ahora!




La sociedad tiende a temer lo que no conoce; el desconocimiento da paso a la preocupación y esta provoca insatisfacción. Vivimos en un mundo donde actuamos por naturaleza, todo lo que hacemos es de acuerdo a los principios y pautas que se relacionan con la conducta humana;  aquella ética que nos hace proceder de manera correcta e incorrectamente. Sin embargo, hoy solo se refleja los pensamientos erróneos que tiene el ser humano acerca de la vida y el modo de manejarla.
Los problemas generados por la sociedad (ambientales, económicos, de distribución de recursos…) hace tomar conciencia a la humanidad  de que formamos parte de una misma especie que comparte un mismo entorno. Pero no a todos les llega  ese remordimiento.Hoy en día se trata de elaborar una ética mundial, que nos sirva como guía, de manera positiva para humanizar  y sobrevivir a este mundo que se está globalizando.  No obstante, el problema particular de la globalización se encuentra en que no redistribuye la propiedad, sino que hace que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres.Es allí donde aparece el temor del ser humano, el de vivir con dignidad,  sin dejarse llevar por la codicia, la ambición, la avaricia, etc., factores que influyen mucho en el proceso de globalización.En cierto modo es una perspectiva muy ambiciosa; aun así, no creo que  logremos una sociedad “santa”. Es decir, transformar al ser egoísta  y dominante en un hombre común y corriente, que se esfuerce por alcanzar un  nivel excelente sin tener naturaleza divina; es complicado.

Se necesitaría empezar por la educación, ilustrar y preparar a una generación nueva, enseñando este modelo de vida  que podría llegar  cambiar el futuro del planeta en muchos aspectos y que lograría devolverle al ser esa dignidad humana, que por siglos se ha perdido.

Kant dice que obremos por autonomía, reconociendo que somos seres de razón; él  indica que lo que mueve a la persona  es su "forma de ser" (su moral), a los que llamo "máximas". El objetivo es que la máxima de cada uno desee ser máxima de todos para convertirse en imperativo categórico, incluso llegar a obtener tranquilidad y paz en la vida humana. Pero el problema principal de la sociedad actual, es el de batallar intereses que corrompen la moral individual. Por tal motivo, nadie se interesa en universalizarlas.

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